Año Jubilar 2025
- fundaciondesanjose
- 8 ene
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El Año Jubilar es un año que el Papa declara “Santo”. Es un tiempo especial para el perdón y la reconciliación.
El primer Jubileo fue en el año 1.300; actualmente cada 25 años se tiene esta promoción del Cielo. El año 2.015 fue un Año Jubilar extraordinario porque se cumplían 50 años del fin del Concilio Vaticano II, y fue dedicado a la Misericordia.
Este año 2.025 está dedicado a fortalecer en los fieles la virtud de la ESPERANZA, por eso el lema es “Peregrinos de Esperanza”.
Catecismo de la Iglesia Católica # 1818: “La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad”.
Si nos reconciliamos con Dios, con nosotros mismos, con el prójimo y con la naturaleza, tenemos la certeza, la esperanza en la salvación de Dios. ¿Por qué reconciliarnos también con Dios? No es que Él se haya enemistado con nosotros, fuimos nosotros los que, pecando, rompimos nuestra amistad con Él; nos corresponde cambiar de actitud, pero Dios es tan bondadoso y misericordioso, que tomó la iniciativa. Gracias a la muerte de Cristo podemos reconciliarnos con Él.
La esperanza cristiana se fundamenta en la Fe, en la certeza de que Dios nunca nos defrauda, al contrario, cumple todas las promesas que están contenidas en su Palabra.
“La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado” (Romanos 5,5)
“La esperanza cristiana es una visión, un enfrentarse al futuro siempre confiado en Dios. No sé si me convendrá esto o aquello, pero confío en el Señor. Todo resulta para bien, para los que aman a Dios; y confío que lo que resulte será lo mejor para mí". (Monseñor José Ignacio Munilla, Obispo español)

El logo está representado por un círculo que se forma con las letras que corresponden al Jubileo 2025 y al lema que sobresale en color verde.
Dentro de éste podemos visualizar cuatro figuras estilizadas y de diferente color, que provienen de los cuatro puntos cardinales de la Tierra, éstas se abrazan; la primera se aferra a una Cruz que significa la Fe y que se curva hacia la humanidad alargándose en su parte inferior para formar el ancla de la Esperanza.
Las figuras que se abrazan significan la solidaridad y fraternidad que debe reinar entre los pueblos. Las olas agitadas que se observan debajo nos indican el peregrinar por esta vida que no es fácil, con frecuencia es necesario atravesar por dificultades y pruebas, momentos en los que necesitamos estabilizarnos con el ancla de la esperanza, aferrándonos a la Cruz del Señor, para poder sostenernos y no claudicar.
Indulgencias
Las indulgencias son una oportunidad que nos da Dios para la remisión del castigo temporal merecido por el pecado. Hay indulgencias plenarias y parciales. En el Año Jubilar tenemos el privilegio de obtener indulgencias plenarias, es decir, se redime o perdona todo el tiempo que se debía estar en el Purgatorio hasta este día. Éstas se pueden ofrecer por nosotros mismos o por fieles difuntos.
Para ganar la indulgencia plenaria se requiere:
Asistir a uno de los templos asignados en cada Diócesis para este fin. El ir hasta allí nos debe permitir reflexionar en nuestro peregrinar por la tierra.
Participar en la Santa Misa y comulgar con esta intención.
Recibir el sacramento de la Reconciliación o Penitencia, puede ser ocho días antes o también hasta ocho días después de haber participado en esta Santa Eucaristía. Se recomienda que esta Confesión sea general.
Hacer una oración por el Papa.
Realizar una obra de caridad.
Oración del Jubileo
Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino. Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria. La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y la paz de nuestro Redentor. A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos. Amén.
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