Aprender a no agredir

(Uno de los principios de la convivencia social)

El hombre es una de las pocas especies que ataca o destruye a sus congéneres. Nos corresponde aprender a no agredir ni física ni psicológicamente a las personas; por esto debemos aprender a controlar las emociones que causan daño a la convivencia social, como es el caso de la rabia.

La rabia es un sentimiento que hace parte de nuestra vida, si no controlamos esta emoción, causamos daño a nuestras relaciones con las otras personas, peleamos, discutimos, nos enfrentamos y terminamos enojados.

Otras veces, lo que es peor, dirigimos nuestra rabia hacia otras personas que no tienen ninguna culpa de lo que nos pasa, que no están involucradas en la situación desagradable que acaba de pasarnos, cuando esto ocurre, las estamos tomando como chivos expiatorios que están siendo víctimas del mal manejo que damos a la rabia.

Para controlar esta emoción podemos realizar inmediatamente una actividad en la que nos sintamos bien: pasear, ver televisión, nadar, montar bicicleta… si no es posible, lo más importante es tratar de apaciguar nuestros ánimos, tranquilizarnos, relajarnos, para así disminuir la tensión, abstenernos de reaccionar con agresividad y poder reflexionar luego con más calma, aceptar que tenemos rabia y que esto no es tan grave porque podemos perdonar y perdonarnos, así evitaremos otro sentimiento muy desagradable, la culpa.